Desayunamos hoy con la noticia extraída del Diario Económico Cinco Días, en el que se han recogido las principales modificaciones en las Comisiones Bancarias de la mayoría de Entidades Financieras y que, seguro, que le afectan en alguna de sus cuentas.

 La situación queda como sigue:

            Sería fácil hacer populismo con la noticia, y vocear qué mala es la Banca que nos cobra por mantener nuestro dinero en su entidad, pero no es ese el motivo de este comentario.

Centrándonos solo en la evolución de las comisiones bancarias por mantenimiento de cuenta, venimos de unos años, en los que todas las entidades sin excepción, solían reducirlas o eliminarlas, al obtener rentabilidades de los clientes por otras operaciones, por ejemplo, diferencial en préstamos, comisiones por tarjetas, …

La Banca, en general, nos hizo creer que prestaban sus servicios sin coste y ese es el problema. Problema que repetimos en todos los sectores.

Desgraciadamente este hecho, ha trascendido y se ha transformado en creencia popular, y la mayoría de la gente cree que los servicios se regalan y no cuestan ni a la empresa, ni al cliente, y esto es un gran error estratégico de la Banca, que nos ha arrastrado a muchos otros sectores que seguimos sus pasos, en esos momentos.

¡De aquellas lluvias vienen estos lodos!

No hace falta una contabilidad de costes genéricos, ni conocimientos de ninguna empresa en particular, para saber que todos los servicios que se ofrecen por una empresa y donde hay un soporte humano o una aplicación informática, siempre habrá un coste repercutible, y siempre redundará en mano de obra humana.

¿Qué hacemos pidiendo horas de mano de obra gratis?…. (Es esto lo que hacemos cuándo pedimos a la Banca que no nos cobre comisiones de servicios)

Nos hacemos trampa al solitario, queriendo creer que como las operaciones se realizan por App no supone coste de mano de obra, porque, llegamos a pensar que las App se programan solas, y se mantienen solas, que no hay trabajo informático, ni de operaciones detrás, ni hay personas que se encargan de realizar todas esas tareas.

Dejemos de pensar que los servicios no cuestan, todo lo contrario: cuestan, acostumbrémonos a pagar por ellos. Es un error, el considerar que son gratuitos. Otra cosa es que tratemos de que el coste no sea abusivo.

En concreto, tener una cuenta corriente, lleva aparejado, tener un soporte informático, de operaciones, legislativo, comunicaciones…..en fin, recursos humanos que trabajan para que todo vaya adecuadamente.

A nadie nos gusta pagar, pero cada vez que te cueste pagar por un servicio, trata de analizar qué pagas, porqué, y cuantas personas hay detrás de ese servicio. Y una vez que hayas hecho esto, ponlo en paralelo con tu trabajo, seguro que estás en una cadena de producción o de prestación de servicio, y que en tu día a día, alguna vez has hecho el comentario de: “….y se cree el cliente, que yo trabajo gratis…”.

Dejemos de buscar la gratuidad de los servicios, o tener costes denominados “low cost”, con esa filosofía sólo conseguiremos promover los “sueldos y salarios low cost” y, esa manera de pensar (¡Por Dios, que nadie diga que eso es una filosofía!) terminará afectándonos de una manera u otra en nuestro sueldo, o en el de alguien cercano como un hijo, y es entonces cuando nos dolerá.